Si hay en este clima de
tensión política un estado capaz de trabajar por el mantenimiento
de la paz, es Alemania. Una Alemania que no tiene interés en las
cuestiones que agitan a las restantes potencias, y que ha visto
oportuno, desde la constitución del Imperio, no atacar a ninguno de
sus vecinos, a menos que se le obligue.
Pero, señores,
para cumplir esta difícil, y quizá ingrata misión, es preciso que
Alemania sea poderosa y esté preparada para la guerra...No tenemos
el instinto belicoso. No tenemos necesidad de lucha: somos de esos
estados que el príncipe de Metternich llamaba “estados
saturados”. Desde el acuerdo de Francfort, nuestro primer deseo fue
mantener una paz tan larga como fuera posible, y aprovecharla para
consolidar el Imperio alemán. No era una empresa fácil, pero
alcanzamos un completo entendimiento con Austria .La cuestión básica
consiste en saber cuales serán nuestras relaciones con Francia en el
futuro. Entre nosotros y Francia la paz es difícil porque subsiste
entre los dos países un largo litigio histórico por el problema de
las fronteras...La superioridad de Francia dependerá de las alianzas
que tenga. No creo que estas alianzas puedan tener lugar. La labor de
la diplomacia alemana es evitar esas alianzas, o preparar
contra-alianzas si aquellas tuvieran lugar.
Otto
Von Bismarck,Discurso ante el Reichtag,enero,1879
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